Anales I I Presente y futuro.



PARTICIPAR EN EL PRESENTE PARA DISPONER
 DE UNA COMARCA CON FUTURO


         Afortunadamente contamos con gran cantidad de estudios y publicaciones que nos permiten con cierta facilidad conocer la realidad actual y los diferentes procesos que han conformado la situación social, medioambiental y económica de una comarca tan peculiar como es la Sierra de Segura.

         De forma subjetiva, y sin ánimo de ser sistemáticos, vamos a realizar un breve repaso sobre varios aspectos heredados que condicionan el futuro de nuestro territorio, teniendo en cuenta que las personas que residimos en esta comarca somos responsables de las condiciones de vida que actualmente estamos disfrutando y de la calidad de los recursos que dejemos en herencia a otras generaciones.

         El medio natural en el que nos ubicamos es accidentado y montañoso con un promedio de altitud elevado y un perfil abrupto e irregular, existen por tanto fuertes pendientes en gran parte del territorio. El carácter montañoso y su localización interior condicionan la climatología permitiendo varios pisos bioclimáticos que van del clima mediterráneo cálido (inviernos no demasiado fríos y veranos calurosos, de precipitaciones medias en torno a los 600 mm) a  un clima mediterráneo continental (con inviernos más duros y largos y veranos agradables y poco calurosos, siendo las precipitaciones más altas). En general predominan los suelos poco evolucionados donde se desarrollan importantes procesos erosivos. Es cabecera y divisoria de dos importantes cuencas hidrográficas la del Segura y la del Guadalquivir.


         La vegetación constituye uno de los mayores patrimonios de la Sierra de Segura, reconocida internacionalmente al ser patrimonio de la biosfera, conformando un autentico oasis vegetal, que tuvo su origen en las últimas glaciaciones que favorecieron que muchas especies encontraran aquí su zona de supervivencia, y otras que se fueron diferenciando y adquiriendo sus propias características. Existen, por tanto una gran variedad de series de Vegetación, que a lo largo de la historia se han ido modificando por la acción humana.

         La Fauna silvestre también se ha diferenciado en varios biotopos. El rupícola refugio de numerosas especies de aves rapaces y mamíferos. El acuícola donde abundan las especies anátidas, peces, anfibios y reptiles, así como la nutria. El forestal dada su importancia abundan  rapaces o especies cinegéticas como el ciervo, jabalí, liebre y conejo autóctonos y el muflón y gamo introducidos, destacando la ardilla convertida en logotipo emblemático de la Sierra y el antropogénico donde flora y fauna están muy relacionados con los cultivos y las prácticas culturales, que por otro lado han favorecido la desaparición de algunas especies.

         El patrimonio histórico, arqueológico y etnográfico, como base fundamental de la investigación arqueológica e histórica de la Sierra de Segura se ha caracterizado por el aislamiento, la marginalidad y la periferia. Se desconoce hasta que punto esta zona ha permanecido aislada, el conjunto de pinturas rupestres de estilo levantino y las fortificaciones medievales islámicas y cristianas sugieren que la idea del aislamiento de la Sierra en otras épocas es falsa, ya que de una forma u otra siempre ha desempeñado un papel importante al servicio de los diferentes pobladores.


         La situación demográfica se caracteriza en base a dos fenómenos: El despoblamiento y el envejecimiento. El despoblamiento que comienza a mediados del siglo XX y que continúa de manera incesante hasta el momento actual y el envejecimiento generado por los bajos niveles de natalidad y la pérdida de los efectivos de la población económicamente activos. Esta situación es común a otros espacios serranos.

         La economía comarcal es fundamentalmente agraria siendo la superficie labrada de 27% y el resto de uso forestal.

         Dentro del sector primario nos encontramos una situación de latifundismo serrano público, lo que significa que las grandes explotaciones son forestales o de pastos, frente al minifundismo de la propiedad privada y labrada. Dentro de la superficie labrada el cultivo del olivo ocupa el 87,3% del total. Las producciones medias son muy diferentes en función de las calidades de la tierra, pendientes, altitud y lo que es más importante, si son de secano o regadío. Los restantes cultivos de secano han sufrido un gran retroceso. Las huertas, superficie tradicional de regadío están desapareciendo en favor del olivar. La gran riqueza que históricamente ha supuesto la explotación maderera ha ido cayendo lentamente en el tiempo. La ganadería de ovino y caprino que ha supuesto una gran riqueza tradicional, actualmente se encuentra en crisis.

         El sector secundario tiene escasa relevancia en nuestra comarca, centrándose principalmente en las almazaras, envasadoras de aceite, talleres de madera y talleres de reparación de maquinaria y automóviles. Actualmente están apareciendo empresas agroalimentarias dedicadas a la elaboración de productos autóctonos como los embutidos, secado de jamones y conservas ecológicas. La construcción en la zona se basa en pocas empresas de escasa dimensión dedicadas a la construcción de viviendas.
  
       En el sector terciario se diferencian dos subsectores: servicios, y hostelería, comercio. Los servicios públicos proporcionados por las administraciones autonómicas y locales y los servicios privados como las entidades financieras, asesorías y los transportes. El comercio es de reducidas dimensiones, poco especializado y de carácter familiar y la infraestructura turística es la que mayor desarrollo ha experimentado, aunque tiene también un marcado carácter estacional.

         Las carreteras, dentro de las comunicaciones, juegan un papel esencial en la ordenación del territorio y en sus relaciones. En la comarca mejoran poco a poco, pero aún no se ha conseguido comunicarla con levante o el resto de Andalucía a través de autovía. Sigue siendo impensable contar con red ferroviaria a pesar de que se llegó a construir la vía Baeza-Utiel que también transcurría por nuestra comarca. Otro tipo de comunicaciones como las telecomunicaciones nos permitirán generar nuevas oportunidades de negocio con independencia de la ubicación, aunque, desafortunadamente la orografía, la dispersión de los núcleos y la escasa viabilidad que argumentan las grandes empresas suministradoras, aún no han permitido el acceso a las mismas, de toda la población serrana.

         Los invariantes históricos de la Sierra de Segura, como el ambiente hostil y el aislamiento soportado por los pobladores de estas tierras solamente aptas para la ganadería y los bosques, con una climatología dura y grandes dificultades para las vías de comunicación. El carácter que desde las primeras épocas históricas geógrafos e historiadores juzgaron como de frugalidad, rudeza, belicosidad y de rechazo a la llegada de pueblos extraños. La entidad histórica y geográfica que donde mejor se manifiesta es en el habla, en la cual se revela mejor que en ningún otro aspecto esa personalidad específica.

         Los problemas sociales de la población se acentúan por el sistema de transmisión de la propiedad generando grandes problemas de parcelación  y manejo. La situación de incertidumbre económica de las personas jóvenes hasta que se convierten en propietarias por herencia. La edad avanzada y falta de formación de los jefes de la explotación. El desprestigio de la profesión de ganadero o agricultor ante los jóvenes y la preparación temprana de las personas más profesionalizadas para abandonar el territorio. La exclusión en la toma de decisiones de las personas más jóvenes. Un sector secundario y terciario sin capacidad para generar suficientes puestos de trabajo y evitar la emigración de la población activa. El inadecuado funcionamiento del sistema cooperativo. La escasa utilización a nivel comarcal de la importante red asociativa. Las altas tasas de desempleo de las mujeres y las grandes dificultades para competir en igualdad de oportunidades. La escasa implicación en la vida política local, provincial y autonómica de la población serrana.

Otro aspecto fundamental que influye sobre manera en nuestra comarca es la globalización. No podemos olvidar que la globalización condiciona la coyuntura económica actual. Los altos precios del petróleo y la escalada de precios de los cereales han disparado los costes de la producción agraria y alimentaria, haciendo a la vez entrar en grave crisis a sectores tan importantes como la ganadería.

La Política Agraria Comunitaria, ha estado incentivando durante varios años el abandono de la actividad agraria especialmente de las zonas menos productivas. Los grandes grupos internacionales del sector oleícola preparan nuevas estrategias. Los españoles del grupo SOS Cuétara, a través del proyecto Terra, están dispuestos a encontrar socios comerciales y financieros en el mercado internacional para plantar millares de nuevas hectáreas de olivos en producción superintensiva. Lo que va a dejar fuera de juego a los olivares marginales de Sierra.

La existencia del Parque Natural, ha condicionado también aquellos aprovechamientos forestales, cinegéticos, agrícolas y turísticos que entraban en contradicción con la conservación de la Naturaleza, esto es lo que ha sucedido con los aprovechamientos madereros, además de que la oferta comarcal y nacional viene conociendo la competencia a precios más bajos de la madera de otros países. Contribuye a esta circunstancia la inexistencia de infraestructura e iniciativas privadas capaces de encargarse de la explotación y de la elaboración de la madera.

         Es fundamental, por tanto, que el futuro de la comarca esté marcado por el desarrollo sostenible. El término desarrollo sostenible, sustentable o perdurable se aplica al desarrollo socio-económico y fue formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. Dicha definición se asumiría en el Principio 3º de la Declaración de Río (1992).

         El ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente en tres partes: Ecológico, Económico y Social. Se considera el aspecto social por la relación entre el bienestar social con el medio ambiente y la bonanza económica.
       
        Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda y trabajo, pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de varios tipos, incluidas las ecológicas. Así mismo, el desarrollo y el bienestar social, están limitados por el nivel tecnológico, los recursos del medio ambiente y la capacidad del medio ambiente para absorber los efectos de la actividad humana. Ante esta situación, se plantea la posibilidad de mejorar la tecnología y la organización social de forma que el ambiente pueda recuperarse al mismo ritmo que es afectado por la actividad humana.

         En la Sierra de Segura si destacamos en algo, es en el Patrimonio que poseemos, englobando aquí al medio natural, la orografía, la vegetación, la flora, la fauna, la geodiversidad, la red hidrológica, las diferentes condiciones climáticas, los elementos y yacimientos arqueológicos, los elementos arquitectónicos y etnográficos y la diversidad de paisajes más o menos antropizados; es decir, tenemos muy desarrollado el pilar Ecológico o ambiental de la Sosteniblidad, y así ha sido reconocido por diferentes organismos y entidades que han distinguido la zona desde el punto de vista natural, aplicando normativas que aseguren su conservación.

         La situación económica no es muy halagüeña muchas de las iniciativas que se desarrollan en la comarca no son capaces de evitar la insostenibilidad económica. El pilar Económico se caracteriza, como ya hemos visto, por depender en una gran parte de la producción primaria. El olivar, tal como se ha concebido tradicionalmente, tiene un futuro problemático. La irrupción de nuevos sistemas de plantación de alta y precoz productividad que resuelven la vieja aspiración de la recolección mecánica integral, representa un cambio de época en este milenario sistema agrícola. El reto inmediato no es tanto hasta dónde se deben intensificar las nuevas plantaciones, cuya expansión mundial parece imparable, cuanto el cómo afrontar la crisis del olivar de baja productividad. En ovino la subida de los piensos y la bajada generalizada de los precios de los productos animales ha sumido a la ganadería en la peor crisis de los últimos 20 años. Además se han padecido los efectos de las importaciones de terceros países. A raíz de la subida de las materias primas, los consumidores han sufrido la espiral alcista de los alimentos básicos; todo lo anterior ha favorecido, también, la destrucción de puestos de trabajo. La madera como una de las producciones más importantes del monte hace tiempo que no es sostenible económicamente y dejó ser la principal fuente de ingresos y de creación de puestos de trabajo. El turismo, la agroindustria y los servicios aunque pueden ser los motores económicos aún no tienen entidad suficiente.

        Los procesos de explotación y de conservación de los recursos que se han ido sucediendo en la Sierra de Segura (en los últimos siglos liderados por la administración) jamás han tenido en cuenta la influencia positiva que ejercía la población autóctona sobre el territorio y su conservación. Todas estas estrategias casi siempre externas han golpeado, modelado y barrido, una y otra vez,  la organización social de la Sierra de Segura. En la actualidad  el Pilar Social presenta bastantes deficiencias y muchas dificultades, como veremos más adelante, para conseguir a corto plazo una situación de sostenibilidad social. La población serrana está envejecida, son muchos los núcleos de población que se encuentran abandonados, en otros hace más de veinte años que no se ha asentado ninguna familia nueva. Los núcleos principales aún no han sido capaces de invertir la tendencia y continúan perdiendo población de forma incesante. Las mujeres siguen sufriendo la falta de oportunidades para acceder al mercado de trabajo y las que si lo hacen aún están lejos de contar con los medios suficientes que les permitan conciliar la vida laboral con la familiar. Las personas jóvenes en el territorio tienen pocas oportunidades, aún continuamos transmitiendo a los niños y las niñas condicionantes negativos relacionados con las profesiones del campo, no les inculcamos desde la familia la importancia de la conservación de nuestro medio y la importancia de realizar manejos agrarios que no sean contaminantes; los que terminan sus estudios se ha ido mentalizando para no volver al territorio y acaban desarrollando todo su potencial lejos de la comarca. Los servicios públicos van mejorando pero aún, la población residente tiene la percepción de que no cuenta con las atenciones que reciben las personas que viven en la ciudad, echan de menos servicios fundamentales o profesionales que equiparen su calidad de vida. Las comunicaciones aún presentan deficiencias y esto no es atractivo para facilitar nuevos asentamientos. Existen muchas asociaciones en la comarca para abordar diferentes estrategias sobre el territorio pero la participación acaba siendo poco efectiva, aún no hemos superado la lacra del individualismo y la desconfianza al trabajo en equipo. A nivel empresarial, aunque existen honrosas excepciones, falta muchísima formación, la renovación de los cargos directivos casi siempre ocupados por personas de avanzada edad y sobre todo es necesaria aumentar la profesionalización en todos los sectores de la economía, así como diferenciar los procesos y los productos en base a la implantación de sistemas de calidad. Las administraciones autonómica y local están articulando diferentes programas con la idea eliminar las diferencias que existen entre el medio urbano y el medio rural, no obstante, la población sigue echando en falta la participación de forma más activa en el desarrollo, implantación y evaluación de los programas. La participación  en la vida política sigue siendo muy limitada, es habitual la crítica de las diferentes posturas o iniciativas a desarrollar, en encuentros informales sin llegar a transmitir los problemas o las soluciones en las instancias políticas habilitadas para tal cometido; igualmente se echa en falta la presencia de más personas de la comarca en diferentes ámbitos públicos provinciales o autonómicos responsables de trazar políticas supracomarcales que inevitablemente influyen sobre el futuro de esta comarca.

         Queda claro que el presente de la Sierra de Segura es insostenible. El  Pilar ambiental que cuenta con un gran patrimonio natural, cultural y etnográfico se encuentra en la parte positiva de la balanza, pero la estrategia seguida para su mantenimiento y conservación (Pilares económico y social) no ha tenido en cuenta la organización social ni el nivel tecnológico necesarios para que el medio ambiente pueda absorber los efectos de la actividad humana.

         La clave principal para trabajar por la sostenibilidad de este territorio se encuentra en las personas que lo habitan. La calidad de vida alcanzada es la mayor garantía para asegurar un futuro sostenible. Las iniciativas a implantar para que sean efectivas han de garantizar la viabilidad técnica, económica, social, ambiental y la participación.

         Las estrategias principales que se deben articular son:

~       Valorizar el patrimonio natural, cultural, arquitectónico y etnográfico, al máximo, como uno de los principales atractivos de esta zona rural reconocida a nivel internacional, sin impactar sobre el ambiente y asegurando la conservación de las tradiciones.

~    Aprovechar los recursos autóctonos de la comarca desarrollando proyectos competitivos, con las producciones del olivar, las producciones ganaderas y las producciones del monte. Al no obtenerse de forma intensiva hay que diferenciarlas por su calidad certificada y por los manejos agroecológicos.

~       Diversificar las producciones de forma que subproductos y residuos pasen a ser nuevos productos como energías renovables, nuevos alimentos, esencias, elementos de decoración y abonos orgánicos entre otros.

~       Desarrollar canales de comercialización de productos y servicios que aseguren que la sostenibilidad se prolonga hasta etapas posteriores al consumo de los productos.

~       Generar empleo a través de iniciativas innovadoras que integren a mujeres, jóvenes, personas, con discapacidad, emigrantes, etc. para asentar una población que actualmente busca su desarrollo personal y profesional fuera de la comarca.

~       Potenciar el asociacionismo y la cooperación como herramientas fundamentales de dinamización e implicación de diferentes colectivos en el desarrollo de la comarca. 

~       Favorecer la participación de la población serrana a todos los niveles: de forma individual, en las empresas, en los sindicatos, en las asociaciones y en los ayuntamientos, para que las iniciativas respondan a las necesidades de las personas residentes y evitando generar el deterioro medioambiental y social.

~       Implicar a las diferentes administraciones en las iniciativas y proyectos de desarrollo sostenible del territorio para sumar esfuerzos y para que asuman nuevos compromisos.

~       Apoyarse en las nuevas tecnologías que permiten reducir los costes de producción, transformación, transporte, comercialización y promoción de los productos y servicios sostenibles.

~     Evaluar cada una de las iniciativas con indicadores que aseguren la sostenibilidad, esto es que garanticen la viabilidad técnica, económica, ambiental, social y la participación en una comarca que forma parte de uno de los Parques Naturales más grandes de Europa.        

                       ~  Ramón Muñoz Martínez. Ingeniero Agrónomo.






Bibliografía:

-- Anales de la Sierra de Segura Nº 1 (2003). Asociación Cultural Sierra de Segura.


-- Actualidad Ecológica Nº 23 (2008). Comité Andaluz de Agricultura Ecológica.

-- Ramón Muñoz Martínez. Estudio Socioeconómico de la D.O Sierra de Segura (1989).


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